Abuela,
madre,
hermana,
sobre la cuerda floja caminamos,
como equilibristas
que sobre paralelas
construyen casas de cristal.
El árbol se ha quedado sin frutos,
y las raíces se estiran furiosas
como algas
en la oscuridad.
Madre, ¿Dónde está
nuestro ejército de salvación?
¿Quién defenderá las memorias
que fabricó nuestro sol?
Abuela, alguien abre nuestras carnes,
la incisión fue profunda.
haremos que los débiles
conozcan nuestra lucha,
Nacida de un espectro,
me siento a tomar el té
con mis fantasmas.
¿Quién partirá el pan?
Abuela, madre, hermana,
¿Qué hacemos con esos
turbios círculos que giran
una y otra vez en la oscuridad?
Sostén.
Abandona.
Bifurca.
De uno de los caminos
cuelgan las raíces profundas
del mar…