martes, 16 de septiembre de 2025

La muerte

 


Cerró los ojos y apagó el reloj.
Su sombra se miró en el espejo,
y ante el dolor que brotó de sus manos
soltó el control.

Transformación profunda,
y un renacimiento
trajo consigo la muerte del sol.

Se rindió,
y el principio de Ana Karenina recordó:

"Todas las familias felices se parecen,
pero cada familia infeliz lo es a su manera."

La fatalidad y su extraña exclusividad,
creciendo bajo el árbol negruzco de la soledad,
a todos, con sus largas raíces, tocará.
Con alas grandes o pequeñas: te ha de alcanzar.

Te toca, te circunda
la abeja blanca de la Karenina.
—¡Menuda verdad!, dirás—.

Sin embargo, la muerte, despojada
de sus velos, te preguntará:
¿De qué sueño quieres despertar?

¡Humanidad, somos una familia
de fatalidades diferentes,
iguales en la felicidad!

Como oveja que, en los ojos del lobo,
comprende que ha de despojarse de su piel
para del rebaño poderse liberar.


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