Todo final es una danza macabra,
así como todo principio
imita el movimiento de una flor.
Soplas la ceniza
para encender un nuevo sol.
Torpemente imitas el movimiento
de un motor.
Doble paso —sin amor.
Pas de deux,
dividido en cinco partes:
besos – manos – rutina – mentiras – final.
Un puñado de hastío,
acompañado de un torpe ritual para olvidar.
Grand pas de deux —sin corazón.
Entonces bailas en solitario,
a la espera de ser portée.
Entra a escena un nuevo bailarín:
Pirouettes.
¿Te dejarás llevar por un nuevo adagio?
¿Volverás a empezar?