Andrey Remnev
No son mías, se pronuncian a si mismas en mi eternidad personal.
Si te ignoro o no te sé aprendo a olvidar
Si te conozco sé que aprender es recordar,
Como la rosa blanca que ignora la fuente del jardín ¡La olvidó!
Pero recuerda el brote nuevo que le asoma en su tallo primaveral.