Dánae, Gustave Klimt
Dánae cerró los ojos para escuchar
La caída de las monedas de
agua
A lo lejos
Sobre el mar- se escuchaba a la luna deslizarse
Atada a la luz abrazó un corazón fantasma
La cabeza inclinada en el interior
Seducida por el resplandor de unas gotas de agua
Había algo de luz en el recuerdo de las horas
Quemándose en la chimenea
Un pájaro en pleno vuelo le anunció el camino
Las monedas de oro eran sueños estampados de flores
Que caían, caían
Sobre el mar -aún se escucha a la luna deslizarse