La correspondencia

Esta es la última carta que te escribo,

Desde la soledad -que es mi patria -la envío,
La remito a tus ojos que sólo anhelan estrellas fugaces de oriente.
Con el alma fervorosa estoy escribiendo a la líquida luz de tus faroles.
Recuerda que el amor es lento en regresar

pero siempre retorna, como el viejo y cansado Ulises

a su  Itaca inmortal.

Esta es la última carta que te escribo,
Detrás de sus palabras se teje la historia que nunca escribiremos
La trama del reloj deshace los vínculos celestes.

¿Cuántas palabras, cuántos relojes, cuántos hombres y mujeres entre tú y yo?
Me despido desde mi áspera orilla

a través de signos que brotan de mi corazón
y caen y se desvanecen sobre estas líneas.

Flor extraña

Soy una flor extraña
acuática,
adorno en la llanura de un sueño,
Mis pétalos se abren en el acuario
que esconde el reloj.
Flor extraña,
antídoto de la esperanza
puesto que nada se debe esperar
Sólo florecer y deshojarse
al ritmo de las olas del mar.
Flor salvaje, extraña;
de la tierra de los sueños
me fueron a arrancar;
Mis colores se apagan y se encienden,
bajo todas las aguas
nunca bajo el cielo y sus nubes de cal.

River Waltz

Yo hacia ti no camino,
no corro,
no avanzo,
Yo hacia ti remo
sobre la embarcación oscura del tiempo.
Resbalan las orillas y caen sobre mi,
El mundo sólo es una barca y dos remos
y un río para encender el motor de nuestro devenir.
Bajo la luna nueva remo
Sin embargo, confío en la oscuridad
Tu sombra, todo lo que fuiste, surge de los peces
y converge, converge sobre estas aguas de cristal.

El bosque sueña con un jardín

En algún lugar un bosque sueña un jardín;
su melena, poblada de hambrientos helechos
se estremece ante la  belleza domesticada;
su corazón oscuro se ahoga en el ojo diáfano de la fuente;
quisiera finalmente ser podado,
domesticado por unas delicadas manos.

Blancos deseos

¿Acaso blanco es tu deseo?
¿Cómo la espuma que nunca alcanza la profundidad del mar?
Querrías que la luz se hundiera en si misma,
pero no, eso sólo es mérito de la oscuridad.

Nuestros sueños se vuelven blancos en el centro de la noche;
dormidos caemos con elegancia sobre la claridad,
¿deseas acariciar la estatua blanca de los años?
Todos tus deseo en su reluciente superficie se han de congelar.

Ojos que no ven...

Puedes devolver tus pasos
-hacia el pasado, el futuro o el presente-
Da igual.
El pasto ha crecido demasiado, acaso suficiente;
la luna el martes estará en creciente.
Todo avión vuela hacia el oriente de la ausencia.
Ojos que no ven...¡Absurda suposición! El corazón siempre siente.

Danza macabra

Las manos dibujan la sobria llanura
los pies quiebran suavemente la estación;
todas esas inquietas flores sobrevivirán a la muerte del sol.
Danza macabra los pasos de aquel anciano elegante,
sus huesos se niegan rotundamente a dialogar con el sol;
mueve el cuerpo como si fuera un crisantemo seco
agitada el alma por la brisa primaveral y el calor;
tristemente presiente la muerte en la oscura raíz de sus pasos,
su danza elegante ya no imita los movimientos del sol.
Sus pies como un espejo se han quebrado,
¡Es de luna nacarada su motor!

La danza de los amantes

Mueves lentamente tu  armadura y esperas que en ella se ponga el sol,
toma su tiempo domesticar el movimiento circular del amor.

Las apariencias no engañan sólo disimulan torpemente el temor
El deseo bajo su disfraz prepara la muerte del sol.

Ofrecerás tu danza a las vidrieras que ya no te reflejarán;
y tu cuerpo hará cantar al campanario de la soledad.

Acróbata es el silencio que brota del engranaje del mar
Es un pálido saltimbanqui que esconde el revés de nuestra verdad;

En su interior los pies conservan el tiempo para avanzar
y pletóricos de futuros recuerdos nos obligan a bailar.