Podría volver
como la profundidad a su orilla,
como el silencio a su retardado hablar.
¿Seré la puerta o la mano que la abrirá?
¿Seré el río que avanza o la quietud del mar?
¡Volver! con el corazón verde y el quitasol de la soledad,
regresar,
con la corona de los que han partido,
junto a los desterrados del recuerdo.
Una nieve antigua cae de mis pensamientos
y me obliga a saltar.