Caspar David Friedrich
Y luego caíste sobre ti mismo para retornar a la primera molécula del mar;
Siempre anhelante, insatisfecho, hiciste propia la arena, la brisa amarga y su sal.
Tu mano dibujó sobriamente la llanura que soñó el daguerrotipo de la abuela,
Discrepó del silencio que desde la corona de espinas de Ofelia brotó,
Ser o no ser en la antecámara gastada de las olas, ¿para qué?
However, your soul is not an ocean
Your soul is deep and dry like a desert.