Ni acantilados ni enredaderas en la ventana de aquel hombre ciego;
la bruma no sube, tampoco baja en la oscuridad;
¿Sientes el aroma del asombro que en su frente se grabó?
Vuelve a la primera noche, al velo intacto de la oscuridad:
Haz de volver a descubrir el fuego
y de asombro palidecerás.
usted vigila desde su cama las sombras que cruzan los espejos, Sabe bien que la luz que buscan sus fantasmas no regresará, sólo ha de retornar la oscuridad perdida en el armario de una mansa soledad, Hethcliff y Katherine hojean las páginas de un peligroso abismo.
No hay amor eterno, sólo existe la tarde gris deshojándose en el trapecio de la oscuridad.
El viento le persigue, mientras usted intenta huir de sus deseos literarios,
el cielo se apaga para que las estrellas se enciendan en sus sueños. Cumbres borrascosas se cansó de representar la pulida tragedia de un amor de papel. Hethcliff es un títere en manos de su dios gitano.
No hay amor eterno, sólo existe un signo indescifrable clavado en el árbol de las palabras.
Desde su interior avanza el viento y muere cansado en las cumbres, el carruaje de las horas se aleja llevando un oscuro personaje que sueña con una morada, ¿acaso es usted? él piensa: el fin del mundo comienza en esta historia extraña..
El Mediterráneo extendió su esqueleto azul sobre su cuenca dorada
y cerró los ojos con ansias de amar.
¡Una espuma nacarada brotó del agujero de su corazón!
¿Habrá sido la daga de mis sueños la que su herida propinó?
Este mar brillante y solitario, desterrado de todos los cielos
Es una hermosa estatua de agua y sal,
¿Quién lo ha de abrazar?
Puntual llegan sus alas al puerto
para con los párpados del los marinos jugar,
Los contornos de los barcos se los deja a la brisa,
su hermana en la oscuridad.
Pobre, el amor que siente no es suyo,
es de los viajeros que en sus círculos azules se ahogaron
y se ahogarán,
Este mar es tan claro que confunde la noche con la oscuridad.
Mar Mediterráneo, sueño azul de gaviotas de encaje,
¿Por qué mi río vino a desembocar acá?
Todas las canoas esperan en tu orilla;
El mundo se apaga con tu deseo de amar.