Cierro
el círculo de tu mirada con mis pensamientos nocturnos,
El
punto de partida es un árbol ensimismado que nos separa
El
punto de llegada es una primavera que crece en el vientre del silencio.
Giran las imágenes que brotaron de tus
dedos océanicos.
La noche que olvidaste envejece en un
cuadro que cuelga de las paredes de tu corazón.
Nada
hará al retorno más ligero
La
madera de los puentes del sur aullará para detener los relojes
Y
tu andar redondo te devolverá al sueño geométrico de la ternura.