Pigmalión y Galatea, Jean León Gero
El
polvo de sus dedos fue a pegarse en las paredes de su corazón,
modeló
los astros lejanos y le puso rostro al silencio.
Pigmalión
donó sus huesos a la imagen que brotó de su sueño dominical
Y yo os digo espectadores de la belleza:
las estatuas caen del cielo,
Directo a mis manos,
Sobre el mar se pasea todo aquello que
he anhelado.
Su
estatua derribó ciudades futuras
y honró
a los bosques lejanos,
sus
labios fríos susurraron secretos que se evaporaron
Mis manos de mármol trepan por un
infinito que se desarma,
Las estrellas fueron esculpidas por un
hombre solitario,
¡Despierta Pigmalión, modela en mí los
prodigios de la carne!
Hombre
y estatua soñando un origen
creando
una verdad de mármol
modelando
una lejanía legendaria.
Crecerán árboles por cada una de las
criaturas que surjan de tu manos
Poblarás el universo de sueños hermosos
Tus estatuas abrirán los ojos y la luz
que emanará de ellos derretirá tus nieves eternas.
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