Necesito una razón,
sólo una,
un tipo de excelencia
que me permita deliberar
si permanezco
como mortal criatura
o como agua en la roca.
Una razón
donde las palabras
gesten la vida
y mi piel sea suave
y pueril, como el vientre
de un pez.
Una razón
para tocar la orilla
y desvestirme
en la antecámara del mar.
Una razón para soltar
las mareas del tiempo
en la mecánica del amor.
Una razón para no dormir
y secar mis heridas.
Sólo una razón para volver
y curarme de todo este mal.
Una razón para dejar este
oficio de lirio blanco y callar.
Una razón para salir
de esta caja
y morir al pie
de todos los amantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario