viernes, 29 de agosto de 2025

Cumbres Borrascosas

 


Señorita Emily Brontë,
usted vigila las sombras que brotan del espejo
desde su cama.
Sabe bien que la luz que buscan sus fantasmas
no regresará;
sólo ha de retornar la oscuridad perdida
en el armario de su mansa soledad.
Heathcliff y Katherine hojean las páginas
de un peligroso abismo.

No, no hay amor eterno:
sólo existe la tarde gris,
deshojándose en el trapecio
de la oscuridad.

El viento la persigue,
mientras usted intenta huir
de sus sueños literarios.
El cielo se apaga,
para que las estrellas se enciendan
en los signos que crean sus manos.
Cumbres Borrascosas se cansó de representar
la pulida tragedia de un amor impreso en papel.
Heathcliff es un títere en manos
de su dios gitano.

No, no hay amor eterno:
sólo existe un signo indescifrable,
clavado en el árbol de las palabras.

Desde su interior avanza el viento,
y muere cansado en las cumbres.
El carruaje de las horas se aleja,
llevando un oscuro personaje
que sueña con una morada.

¿Lector, acaso eres tú?
Tú piensas:
el fin del mundo comienza
en esta historia extraña…


jueves, 28 de agosto de 2025

Beatriz y Dante

 


Nueve círculos concéntricos
rodean los muros fríos de tu corazón.

Extendí mis manos
para cerrar la esfera de tu retorno,
y luego ascendí.

¿En qué lugar plantarás la semilla de la verdad?
La tierra es fértil para el dolor…

Colócame en el limbo de tu olvido,
y apaga, de una vez, la lámpara
de nuestra salvación.

Dante, no anochece si escondo mi mirada;
la noche es un jardín interminable
que se ahoga en mi corazón.

¿Gloria o agonía?
¿Cielo o infierno?

Abres las persianas de inmóviles cantos
y continúas tu marcha
junto a la luna y su soledad.

¡Oh, mi lámpara recitando versos,
que, como brazos, yo sé, te alcanzarán!

¿Dante, y si la ascensión fue un espejismo?
Puede ser que hayas estado bajando
hacia la medianoche del tiempo.
Tu espalda habrá comprendido primero que tus ojos.

 


miércoles, 27 de agosto de 2025

Seda y roca

 




Soy delicada,
como grano de arena
que viaja hacia un mar distante.
Convengamos que, a veces,
soy romántica y cliché.

Seda en los párpados,
luces y sombras en la piel.
Delicada como velo que oculta
un espejo de caoba y cristal.

Adoro deslizar las manos en las texturas
que reemplazan al sol y la miel.
Me gusta abrir las persianas con los ojos cerrados
y percibir el cambio de luz en la piel.

Me aferro al placer del susurro distante,
de la palabra que viaja luminosa
y se instala en la cima de la torre de Babel.

Soy delicada como nieve nocturna,
como hoja de abedul
que cae sin deseos de caer.

Soy delicada, pero no te confundas:
mis huesos son fuertes como roca.
Soy terca,
porfiada como reloj que se detiene.

Cuando me voy, rara vez regreso,
y, como las gatas, siempre caigo de pie.


martes, 26 de agosto de 2025

Luz y sombra

 


Un haz de luz,
mi sombra,
altura y descenso.
 
Soy Odile y Odette,
piedra y cristal;
el salto y la caída.
 
En el lago mi oscuridad
va a despertar,
para que mi luz
se pueda desplegar.
 
Toma mi mano,
suelta mi corazón.
 
Soy redención y perdición:
es para ser luz que la vida es corta,
es para ser sombra que la vida es larga.
 
Dionisio, ¿eres un espejismo?
Apolo, ¿acaso algo devela tu luz?
 
El cuerpo salta hacia el alma,
y el ser se ensombrece;
la luz, desde lo más profundo,
se asomará.


lunes, 25 de agosto de 2025

Coleccionista de marionetas

Marionetas blancas,
hilos invisibles.
Un collar de muñecos
luminosos,
y extremadamente sensibles
al dolor…

Mueve el tiempo
con tus dedos,
y propicia el movimiento
como si fueras dios.

Mueve los hilos:
el destino no es una fuerza,
es un hilo inmóvil,
estático,
que nace del sol.


El coleccionista de ranas



Te gusta recordar
el ruido distante
de las ranas bajo la luna de mayo;
cerrar los ojos para fabricar el salto
que te hará avanzar.

¡De una blanca noche colgarán los faroles
que al río te devolverá!

Brinca hacia las mareas de la ausencia,
modela con ella lo que el tiempo traerá.
¡Salta y nutre a tus fantasmas!
La altura los borrará…

Coleccionista de acrobacias sempiternas,
lo mejor está por venir.
El viento es impaciente,
todas tus huellas borrará…

Canta,
canta a la primera noche
de la humanidad.


viernes, 22 de agosto de 2025

El coleccionista de máscaras

 


El coleccionista de máscaras
bate las alas de sus ojos
para ascender;
cuando su rostro desaparece,
se esfuma el dolor.

Todas las mañanas se cubre
el rostro con su máscara,
sin miedo a hundirse 
en su propio corazón…

—¿Quién eres?—
Soy el que, bajo
una máscara, matará al dragón.

No habrá testigos
cuando haga mi revelación…
cuando me despoje de todas mis máscaras
y encienda el motor de la redención.

—¿Quién eres?—
Soy el creador.

—¿Quién eres?—
Bajo mis máscaras
se fabrica el silencio
y la verdadera identidad del sol.

jueves, 21 de agosto de 2025

El coleccionista de colibries

 


Me asomo al jardín
y extiendo la sábana blanca
de todos mis anhelos.

¿Quién ahoga las estrellas en la fuente?
—Es él —murmuran desde su ventanilla los girasoles—:
el coleccionista de colibrís.

Cierro los ojos y
escucho el murmullo
de su voz soberbia diciendo:

“Lo único que importa
es el aleteo vibrante del colibrí.
Te asomas a su idilio con las flores,
y tus sueños se escapan a la eternidad.
Te ahogas en el espejo del jardín.
Voy coleccionando la ternura de los colibrís.
¡Silencio!
No hay jardín, no hay tiempo,
ni canciones;
sólo un aleteo invisible diciendo:
La belleza es una criatura huérfana
que les roba el espíritu salvaje a las flores”.

 


Coleccionista de rosas




El coleccionista de rosas
Siembra las semillas del dolor,
y entre rosales,
que en su espejo germinan,
toca la espina que le hiere.
Él lo sabe, y por eso persiste:
toda la humanidad se ha clavado
el índice derecho;
todos llevamos la marca de la belleza
que, en lo más profundo, nos hirió.

Basta ya de flores
en aeroplanos — piensa —
las flores en su porción de polvo,
¡clavadas en su cruz de oro!

Las rosas embrujan el jardín
con su dicotomía de belleza y dolor.
Rosas misericordiosas:
amarillas, blancas y rojas;
rosas odiosamente silenciosas,
atrapan la eternidad en el ojo de la fuente
y lloran deshojadas
por aquel que las colecciona,
y a quien clavan una y otra vez.

¡Oh rosa, Cristo barroco del jardín!
Dame la llave de la resurrección,
dame la llave del amor
que mis sueños abren;
¡dame la profundidad de tu luz!
¡Dame la clara conciencia
de tu frágil sombra!

martes, 19 de agosto de 2025

Gitana

 


Gitana, derramas tu alma sobre la arena;
la luna es un broche que decora tu corazón.

Palpita el cielo en tus ojos,
y los ríos desdibujan tu porvenir.

¿Quién dibujó los cristales de tus lágrimas
en la superficie del sol?

El camino es dejar de andar,
¿no es así?
Acaso lo único errante
sea tu corazón.

Gitana, pule con tus tristezas
las mareas del sol,
y apaga esa última lámpara
en el centro de tu corazón.

¡Vamos!
¡Vamos!
¡La caravana te dejará atrás!
¡Las manzanas en tu regazo
se pudrirán!

Las líneas de tus manos
esbozan el destino de una flor.
¡Vamos!

Cuando los recuerdos
dejen de ser la lluvia,
y el sol, hacia un jardín secreto,
te conduzca;

el destino trazado en círculos de arena
se dispersará en infinitas
y relucientes partículas.

Entonces, alguien murmurará:
“No te pierdes, te enredas en tu humanidad,
como marioneta en hilos invisibles.
El titiritero no mueve estos hilos,
sólo los dibuja en la arena.”

lunes, 18 de agosto de 2025

La danza de Ofelia

 


El fantasma de Ofelia plantó la semilla de una flor,
para que la luna llena brotara del sol.

Desde su lecho-río se levantó,
y con su danza deshojó la tristeza de su estrella-flor.

Little sad lady, I saw you.
¡Yo te vi remando sobre la arena del desierto,
con tu obstinada cruz!

Danza, Ofelia, con tu corona de flores,
y esos clavos en tus manos, fabricados por el sol.

El río nos deja ver los primeros brotes del desierto;
el bello fantasma, con los ojos cerrados, los regó.

La flor deja errar al sol
y busca crecer hacia adentro,
para fabricar en la oscuridad más profunda
su futuro esplendor.

Viene la noche, sueña la luna,
pero no olvides el sol.

Danza, Ofelia, dile adiós a la lucha de tu corazón;
dile adiós a la artillería del tiempo
y a la metáfora de su río sin dios.

La victoria de la luna

 


La claridad que brota de la luna
transforma mi soledad
en una corona blanca.

Las palabras son un círculo
de estrellas que se acercan,
que se alejan…

La oscuridad quisiera vencerme
con su armadura gastada;
sin embargo, la luna,
y su enigmática claridad,
se adhieren fuertemente
a mi silencio interior
(a causa del mar y el corazón).

Pequeña luz etérea,
fabricante de fantasmas,
eres la eternidad indestructible…
¡Eres el sueño que no acaba!

jueves, 14 de agosto de 2025

Una razón

 


Necesito una razón,
sólo una,
un tipo de excelencia
que me permita deliberar
si permanezco
como mortal criatura
o como agua en la roca.

Una razón
donde las palabras
gesten la vida
y mi piel sea suave
y pueril, como el vientre
de un pez.

Una razón
para tocar la orilla
y desvestirme
en la antecámara del mar.

Una razón para soltar
las mareas del tiempo
en la mecánica del amor.

Una razón para no dormir
y secar mis heridas.

Sólo una razón para volver
y curarme de todo este mal.

Una razón para dejar este
oficio de lirio blanco y callar.

Una razón para salir
de esta caja
y morir al pie
de todos los amantes.

miércoles, 13 de agosto de 2025

La voz del ángel dormido

 


Dale la palabra al soñador
y procura escuchar
su dulce rumor;
tal vez, de su boca,
salga un ruiseñor.

¡Oh, canción de estrellas!
Es de éter tu melodía,

y haces de la maquinaria 
del cielo tu motor.

Sin embargo, casi triste,
casi inmóvil,
señora, señor,

yo sé que  sólo quieres 
ser silencio y espejos…
Cerrar los ojos
y, con tu voz de ángel dormido,
apagar el reloj.

martes, 12 de agosto de 2025

Espejo



Mi rostro se ha reflejado
en lagos,
charcos,
espejos,
ventanas sucias,
ventanas limpias.

Me he multiplicado
hasta el infinito:
con alegría,
tristeza,
nostalgia,
asombro.

Pero sucede…
ocurre,
que busco algo
que el espejo
no devuelve.

¡Oh, pero la vida!
¡Oh, pero los años!
Y la luz que nunca devela.

¿Quién eres?
¿Quién soy?
¿Estoy aquí o allá?

Le he preguntado a las estrellas,
pero ellas sólo saben brillar y callar.

¿Qué historia es esta?
¿Cuál es su final?
¿Soy este rostro o hay más?

¡Que el mar,
espejo de todos mis cielos,
me pueda contestar!


lunes, 11 de agosto de 2025

La huida



Correr,
correr.

Un fantasma sopla la planta de mis pies…
¡Oh, revolución de las piernas al atardecer!

¿A dónde me dirijo?
¿A dónde llegaré?

Tiempo de movilidad,
¡mundo dibujado por el viento,
hacia ti voy a correr!

Te abandoné…

¿Qué ruido es ese?
¿Son mis pies?

Correr.
Sin embargo, me estoy cansando
de este círculo.

¿Por qué siempre al mismo sitio
tengo que volver?

Es como una fiebre,
esto de correr.
Correr,
huir de ti…
Yo, que alguna vez te dije:
“Por favor, no te alejes de mí”.

Me doy prisa.
Te abandono.
Huir.

Tú me obligaste a correr;
aunque siempre estuve lista,
tú lo sabes, yo lo sé.
Buenos días,
buenas tardes,
buenas noches…

¿Podré volver?
¡Que alguien me detenga!
¿Voltearás la rueda
para hacerme volver?


jueves, 7 de agosto de 2025

Iván Karamazov

 


De si Dios existe,
de si el alma es inmortal,
de todo aquello hablaba Iván Karamazov,
asomándose al paisaje
por la ventana oscura de la soledad.

Mi sombra, paralela a la suya,
la dibujó dando la espalda
al reloj de su infancia,
y desde lejos tuvo que admitir
que los sueños no dejarán
de unir nuestros extremos.

Iván Karamazov llamó al demonio
desde el tejado,
y se rodeó de espejos
que reproducían infinitamente
su rostro y su temor.

Él escondió su corona de espinas
bajo la nieve silenciosa,
y apagó la maquinaria del río
para abrazar la eternidad.

Iván Karamazov
lanza la moneda
de la incredulidad bajo las aguas:
¿cielo o infierno?,
¿el rostro del tiempo
o la cruz de la eternidad?

Pero la moneda siempre muestra
la cara de lo que no ha de retornar.

Iván Karamazov,
¿viste al infinito
lamiendo tus desgracias?
¿Escuchas reír, de incredulidad,
a tus flores despiadadas?

De si el hombre es el espejo del averno,
de si Dios es el reflejo de su falsa piedad,
de eso hablaba Iván Karamazov,
azucarando con álgebra
su café amargo de soledad.

De eso hablaba,
dando la espalda
a la mecánica del tiempo,
cuidándose muy bien
de no revelar aquel sueño recurrente:

El sueño del niño
corriendo en el campo de los siglos,
liberado del padre
y de su máscara de eternidad.

miércoles, 6 de agosto de 2025

Linaje femenino

 


Abuela,
madre,
hermana,

sobre la cuerda floja caminamos,
como equilibristas
que sobre paralelas
construyen casas de cristal.

El árbol se ha quedado sin frutos,
y las raíces se estiran furiosas
como algas
en la oscuridad.

Madre, ¿Dónde está
nuestro ejército de salvación?

¿Quién defenderá las memorias
que fabricó nuestro sol?

Abuela, alguien abre nuestras carnes,
la incisión fue profunda.

Si tu sangre es mi sangre,
haremos que los débiles 
conozcan nuestra lucha,
¿Qué más da?

Nacida de un espectro,
me siento a tomar el té
con mis fantasmas.
¿Quién partirá el pan?

Abuela, madre, hermana,
¿Qué hacemos con esos
turbios círculos que giran
una y otra vez en la oscuridad?

Sostén.
Abandona.
Bifurca.

De uno de los caminos
cuelgan las raíces profundas
del mar…

martes, 5 de agosto de 2025

La diosa de la destrucción y la compasión

 


Llegué equilibrando la espada
sobre mi cabeza,
y con los ojos pegados
en el umbral…

Mis pies, como serpientes de agua,
aún recordaban el mar...
“Kali, diosa eres”, creo que le oí susurrar.

Acaricié mi vestido de tigre lunar
y apagué el grito helado de la soledad.

Entonces él, tal como Shiva,
se dejó pisar,
para que uno de mis tantos brazos
lo pudiera consolar.

“Destruye el origen de todos mis ríos”, pidió.
“Todo quedará inmóvil”, le advertí.
Pero él me dijo:
“La quietud es la distancia que deseo acortar.”

Entonces ordené a las montañas
olvidarse del mar.

Las llamas que brotaron de mis sueños
secaron, por un momento, su mojada soledad.

¡Oh, Shiva, pájaro de la serenidad!
¿Qué esperas de mi noche profunda?

Las montañas se escurren por mis cuatro brazos,
para que puedas ascender y despertar.

viernes, 1 de agosto de 2025

Auto-salvación



Sálvate,
domestica
a la gente siniestra
que vive en tu interior.
La oscuridad entra y sale
y apaga tu esplendor.
Sálvate,
eres tu propio Jesús,
tu estrella conoce los caminos
que conducen al sol.
Por favor,
sálvate.
Solo,
lejano.
Domestica al alacrán
que anida en tu interior.
Sé el antídoto de tu propio veneno.
Aplasta al gusano.
Has de tu herida, redención.