¡No hagas al mar llorar!
Con sus barcos y naufragios,
déjalo cantar.
No, no hagas al mar llorar:
él es un niño pequeño
al que todos temen abrazar.
No, no hagas al mar llorar;
sus lágrimas son espejos
que tus penas reflejarán.
Mar de sueños profundos,
de encajes de sal,
¿acaso tus lágrimas,
en la orilla, mis pies
vendrán a besar?
¡No, no hagas al mar llorar!
La distancia entre una ola y otra
tus tristezas ha de guardar…
Las gaviotas hacen sonar sus campanillas
para que sus ojos de sal se puedan cerrar.
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