Me llamaste más o menos a la altura
de un sueño de medianoche;
una mano muy perpleja de su misión
me indica el camino a ti.
Te encuentro dando vueltas alrededor de
la nada;
me dices que te hable,
y cómo es un sueño terriblemente extraño
no se contestar,
el polvo de un camino más antiguo que el
sol
nos está salpicando.
Esto
no va bien-me dices
La máquina
¡no funciona!
¿Cuál máquina?-pregunto clavando la
mirada
En cualquier árbol.
¡la
que hace temblar el cielo! Respondes pálido y enojado-
¡La
que le arranca el silencio a la pianola!
Entonces empiezo a creer que esto no va
bien,
pues sucede que el misterio
está despedazando al mar nocturno,
y yo no logro descifrarme.
Tal vez cuarenta días y cuarenta noches
soñando el mismo enigma,
así mis palabras volverán a encarnarse en
la brisa
para encontrar ese sonido especial y
redundante.
¿Sobre qué sueño he de naufragar para
ejecutar el milagro
de la transmutación?
Lo que de noche me dices en sueños
Está haciendo desmoronar el día.
La luna sueña con nosotros
Y las falsas lámparas están cantando que
esto no va bien.
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