sábado, 22 de diciembre de 2012

Preguntar y girar



Extraño, me veo a mi misma acariciando a la clepsidra,

El agua es una ciudad de música y astros que respiran
¿en qué estación escondiste tu cronómetro de cristal?

Es necesario hacerle esta pregunta a la clepsidra dormida
para que ella me invite a entrar en mi propio corazón,

 Soy la dueña de esta casa y doy la orden de girar antes de entrar.

Obedezco, y giro lentamente como la ciega bailarina en su cajita;
Luego, al percibir un cambio de luz en mi rostro, mis pies se trastornan
me hacen girar veloz como el rayo
 poseída como un enigmático sufi,
Doy vueltas
 y vueltas.
Le pregunto a dios:
¿Qué viento suave me devuelve a las puertas de esta casa extraña?
¿Qué alter ego mora sus entrañas de madera, polvo y sal?
¿A donde ir si la frontera de piel es una ventana?
Dios tan inmenso, tan amarillo, tan cubierto de oro
 me responde con un rotundo silencio.

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