Ascendiendo
desde mi cintura van los sueños
directo
a mis párpados cerrados.
Extenderé,
extenderé
el mantel líquido de remotos recuerdos,
pondré
la copa sobre mi regazo profundo
y
bailaré para el invitado enmascarado de mis sueños,
la
lámpara será encendida por un pájaro ciego
y
los platos sonarán como violines insurrectos.
Yo
te digo que la eternidad es un paraje en blanco y negro,
me
dices que los gatos buscan el sol con sus pequeñas
almas
triangulares.
Doblas
la avenida del mar caspio con tu corazón recién nacido,
parido
por el mar,
y me
haces señas desde una ola invertida,
vestida de lejanía te hago un guiño con cien golondrinas en mi mano derecha.
Sube
la marea, arrastra al cielo,
Suben
los sueños, arrastran los recuerdos,
Sube
la luz, arrastra la oscuridad.
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