Me asomo al jardín y extiendo la sábana invisible
de todos mis anhelos,
¿quién es aquel que oculta su último verso
en la fuente circular?
Es él-murmuran desde su ventanilla los girasoles-
El
coleccionista de colibrís.
Cierro los ojos y
escucho el murmullo azulado de su voz diciendo:
Lo
único que importa es el aleteo nervioso del colibrí,
te
asomas a su idilio con las flores
y
despiertas, te ahogas en el espejo del jardín.
Voy
coleccionando la ternura de los colibrís,
no hay jardín, no hay tiempo,
ni canciones;
Sólo
el aleteo invisible diciendo:
La
belleza es una criaturita huérfana
Que
le roba el espíritu salvaje a las flores.
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