El reloj bosteza y sueña con el día que
escribí mi primer verso.
Quedaré sola en el bosque de las
palabras,
simularé la mano enguantada
que encenderá mi lámpara en un atardecer invernal.
que encenderá mi lámpara en un atardecer invernal.
Las palabras no
te pertenecían
Ellas huían de ti
en busca de otros naufragios.
Oigo el canto de los pájaros muertos en
el corazón del bosque
entonces, pienso que mis palabras son
apenas espectros colgando
en la arboleda.
Si, el canto de los pájaros es el portador de la
más dulce oscuridad
su cantito puro, sin símbolos
deja huellas que mis versos nunca
dejarán.
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