jueves, 18 de abril de 2013

Dile al tiempo



Dile al tiempo que no enrede tanto su madeja,
que en las noches gire hacia la izquierda,
que caiga como lluvia en la tierra de los sueños.
Dile que presiento su muerte en la arena,
que el infinito es mucho más que un par de estrellas muertas,
dile que las rosas le han domesticado con fragilidad y osadía,
dile también que el cielo es un niño que no envejecerá nunca.

Dile al tiempo que susurre a mi oído su extraña melodía,
esa que escucharon los grandes músicos en la penumbra,
a la hora en que las puertas se cierran
y la mirada se aleja de la silla vacía.
Obliga al tiempo a cantar como un pájaro enemigo,
dile que su canción es de entre todas la más bella,
 porque es severa.

Cuida bien tus palabras, pero dile esto al tiempo,
díselo de mi parte.

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