Una mano que desfallece
ha
encendido una porción del cielo,
entonces
notas que una lámpara
se
cierne en un punto
distante
de su inmensidad.
mientras,
en la ciudad se adormecía la luz nocturna de los faroles,
derrotados
por su falso resplandor.
Viste
en un rincón lejano de una mañana que será
a
un ciego pasar el hilo por una aguja pequeña y reluciente.
Alguien coserá los botones del destino
sobre tu blusa gastada.
No era una estrella sólo era una bella lámpara
oxidada,
Deseabas abrazar al mar y cubrirte con
su manto salado,
Sin embargo, deberás amar al río
Deberás amar al río.
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