Un día el espejo se hará líquido,
casi espumoso,
y se irá lejos,
llevándose mil rostros;
derramando sus escondidas identidades
sobre distantes tierras baldías.
Un día no habrá espejos,
sólo existirán extrañas certezas,
pensaremos tener un rostro
y tal vez tendremos otro,
seremos todos iguales en la superficie,
reflejaremos el alma en las estrellas
lejanas,
y entonces sabremos quiénes somos.
Esto ocurrirá el día en que los espejos
se cansen de los rostros
Y se vayan lejos
Muy lejos.
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