Estamos lejos siempre,
como las estrellas,
la cercanía es sólo para los habitantes del
jardín:
pájaros y ángeles rastreros, fabricantes de
enloquecidas flores.
Haz tu acrobacia,
balancéate en el espacio con los ojos en los
pies,
transforma el espíritu del silencio con tu
pirueta solemne;
tú sabes que el salto es tan obligatorio como el
recuerdo del mar
¿Habrás de olvidarlo?
La respuesta es tan obvia como tu encandilado
salto.
Yo podría sentarme en el río a esperar que la luz
soltara el llanto,
Podría cubrir mis piernas con sus
lágrimas-lámparas.
¿Ves la marea que atraviesa el cielo?
Es ahí donde alguna vez quisimos nadar.
Los pies se convertirán en blancos veleros
esperando la conformación de un deshojado azar,
la luna hará su voltereta cósmica para aplaudirte,
y la estrella más brillante poniendo de cabeza al
tiempo
abrazará
la oscuridad.
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