Me levantaré y le pondré cuerda al silencio,
volveré a contemplar la nieve a través de un
sucio ventanal.
Pido al cielo que silencie sus aeroplanos
fantasmas,
caídos sobre ignorantes caminos bordados antaño,
¡no mires más las nubes enredándose en sus alas
del siglo pasado!
Pensé en las hojas de este otoño que se aleja
por rutas frías e interminables,
todas ellas trenzadas de pensamientos
primaverales,
prendidas a mi ojo por resplandecientes
horquillas de oro.
En esta época del año el reloj susurra las horas
Y se despide de todo presagio,
Los segundos van cayendo fríos,
uno a uno sobre los bosques lejanos.
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