viernes, 29 de junio de 2012

Quietud



La superficie de mi piel en profunda quietud,
Gota a gota el tiempo se va desvelando en mi exterior,
entra en mí el paso de los años…
Lento enciendo la luz de la jornada,
Doy el primer paso ¿A dónde voy?
Tal vez el único fin de todo sea un borroso
Y luminoso infinito.
Oh quietud, acaricias los brotes tempranos
con paciencia en tu lánguida esfera
preparas las flores que vendrán.
En mi centro hay una brote que bosteza,
no hay prisa para mi laberinto de mármol y sal.
Ya no huele a tempestad,
ahuyentando el espacio el alma se acomoda lentamente
en su vestidura de carne.
Sigo la huella de mis propios pasos
ellos desembocan en un mar verde, calmo
Que acuna en sus entrañas un extraño reloj de sal.

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