Cuando escuches el trueno me recordarás
Y tal vez pienses que amaba la
tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente
carmesí
Y el corazón, como entonces, estará en
el fuego.
Esto sucederá un día en Moscú
Cuando abandone la ciudad para siempre
Y me precipite hacia el puerto deseado
Dejando entre ustedes apenas mi sombra.
(Ana
Ajmatova)
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