Ella rezó para que el mar se llevara
la trama que tejieron las horas.
Y algo en ella se apagó.
Las olas abrieron los ojos
y le preguntaron:
¿Quién le pondrá el cascabel al dragón?
Tanto fuego ha mermado la luz de su corazón.
La mentira es una fiera que se traga a sí misma
y oscurece los corazones,
perpetuando la asimetría del reloj.
¡Todas cerremos los ojos
y marchemos hacia el interior!
Un espíritu profundo nos reclama:
¡Alcancemos el valle del sol!
Nuevas generaciones de Ateneas, Venus y Dianas
pondrán el cascabel al dragón.
Que Zeus y sus dioses de juguete
bajen de su Olimpo
¡y aprendan a compartir el trono y también el corazón!
Hermanas, acaso somos dos voces,
¡seamos un solo dolor!
Que el tiempo se lleve la asimetría de nuestras manos
y que sea un solo imperio:
el de la luna y el sol.
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