Entonces
juguemos,
como
lo hace el viento de mayo con la veleta
gastada
y aburrida,
juguemos
hasta que el reloj nos diga que la estación esta vacía.
Tapémonos
los ojos para tocar a tientas
el
hollín de la noche más oscura.
Despierta
al gallo antes del amanecer
y
hazlo cantar a medianoche en aquel patio abandonado.
Pregúntame
sin descubrir mi estúpido velo
que
película me gustaría ver
o
que canción de alas blancas me gustaría escuchar.
Juguemos,
hasta que dormidos en la bodega
el círculo nos sorprenda
con
todos los puentes derrumbados a nuestro pies
Frente
a frente,
Con
la misma sensación que tiene el ciego frente al espejo oval.
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