La palabra es
la llave que abre el mar:
Sólo el
símbolo nos ha de permitir nadar en el sueño profundo.
Me inclino,
Me inclino ante los significados que se alargan.
Cuando tus
pies anden por la sombra de todas las montañas
Y mi rostro en tu mente sea sólo una parábola,
Recuerda mis
palabras como faros o lámparas;
Yo estaré en
la otra orilla del símbolo
Tejiendo y
destejiendo letras con una hebra brillante
Abrazada a una
estrella, con la medalla de los hijos del sol,
De aquellos
que no nos bajamos del árbol dorado de la palabra.
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