viernes, 15 de marzo de 2013

Era el otoño



Era el otoño en el parque de los ciegos,
eran las hojas llorando la muerte del sol.
¡Cómo amaba la montaña durmiéndose en la lejanía!
¡Cómo desee que ella también deshojara su cumbre!
yo quise pisar la hojarasca de su cima…
Será porque siempre se trata del otoño,
de caer,
¡Caer en las calles luminosas!
Y no ser lluvia señor,
no,
sino hoja madura que temblando en la rama cae,
cae encendida como estrella errante,
hoja-astro que se despoja del cielo-árbol
para desde el polvo volver a nacer.

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