Recortas la sombra del muro
La pegas en tu jardín,
Siembras sobre ella,
La riegas,
Oyes las campanas lejanas y te sientas a esperar,
La vida detenida comienza andar,
La sombra ya no es sombra: es el hombre
Y comprende que el rumor de hojas en el bosque de bambú
Se ha silenciado,
Y que el fruto verde ha comenzado a madurar
Como las primeras letras de un escrito irrenunciable.
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