lunes, 5 de diciembre de 2011

El desierto profundo es tu alma


Una piedra amarilla me despierta,
Abro los ojos y le pregunto:
¿Qué es el uno mismo en el desierto?

Esta clara geografía eres tú
El milagro increíble de tu alma de agua y fuego
El ser  siempre ha de permanecer en esta tierra sin espacio,
Sobran murallas, ruinas y torres en el mundo
Pero faltan caminos de arena brillante
La ciudad lo sabe por eso se lamenta
Su corazón ya no quiere ser una pesadilla de infancia

Y sintiéndome dueña de la ciudad comienzo a recorrer sus calles
Cuyos habitantes no advierten que el sol es un espejo tras la lluvia,
Sigo las huellas de las palabras que embellecen los carteles luminosos,
Tomo la mano de la sombra que me acompaña siempre
Y comprendo que no hay razón para ocultarse:
No importa que la muerte se confunda, que la lluvia moje los zapatos,
Que las lunas de la adolescencia no regresen,
Desde hoy mi corazón late amarillo y la arena suave y dorada reviste mi interior
ahogando el paso de tantos barcos, trenes y llamas que no han de retornar.

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