Zhong Yang Huang
una criatura habitada por delicados fantasmas de porcelana.
Más tarde, el tiempo preñado de olvidos te arrastró a la cima de un árbol plateado,
te hiciste hoja y apagando tus sueños de salvia tuviste que aprender a caer;
¡Cuanto peso le otorgó la gravedad a tus sueños de muselina clara!
La tierra te guardó en su corazón de alabastros y tus brotes internos gritaron:
¡Dejadme renacer! Dejadme retornar...
Hermoso, Adri!!!!!!!!!!! *-*
ResponderEliminarGracias Ingrid :) Nos vemos la próxima semana!!! un abrazo.
ResponderEliminar