Max Ernst
Aún escuchamos
al viento nocturno
atascado en la
memoria de los árboles,
la silueta del
movimiento abrazando nuestro oído interno.
Aún se enreda
nuestro pensamiento en los desechos
de la
tempestad.
Nos equilibramos
sobre la línea de un horizonte imaginario
Sobre aquella
lejanía que guarda el recuerdo del viento y el mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario