miércoles, 18 de enero de 2012

Giro



Veo de nuevo mi mano acariciando la clepsidra:
El agua es una ciudad de música y astros que respiran
¿en qué estación escondiste tu cronómetro de cristal?
Es necesario hacerle esta pregunta a la clepsidra dormida
Para que ella me invite a entrar en mi propio corazón,
 soy la dueña de esta casa y doy la orden de girar antes de entrar
 obedezco, y giro lentamente como la ciega bailarina en su cajita;
Luego, al percibir un cambio de luz en mi rostro mis pies se trastornan
giro poseída como un enigmático sufi,
Doy vueltas y vueltas
le pregunto a dios:
¿Qué viento suave me devuelve a las puertas de esta casa extraña?
¿Qué alter ego mora sus entrañas de madera, polvo y sal?
¿a donde ir si la frontera de piel es una ventana?
Dios tan inmenso, tan amarillo, tan cubierto de oro
 me responde con un rotundo silencio.

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