Leonora Carrington
Recostada en un horizonte líquido
comienzo a desmadejar la distancia,
he ahí el cielo en constante vigilancia.
En las líneas de tu mano un espejo trizado,
la sucesión es un jardín evaporado.
Abre tu ventana, contempla el espacio nacarado,
tu umbral de tanto esperar esos pies se ha cansado.
comienzo a desmadejar la distancia,
he ahí el cielo en constante vigilancia.
En las líneas de tu mano un espejo trizado,
la sucesión es un jardín evaporado.
Abre tu ventana, contempla el espacio nacarado,
tu umbral de tanto esperar esos pies se ha cansado.
De tu pequeño cielo no quiero ser un astro
ellos sin previo aviso se apagan, no dejan rastro.
El tiempo nos oculta su inmutable rostro de alabastro.
ellos sin previo aviso se apagan, no dejan rastro.
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