Leonora Carrington
sostenía con la fragilidad de sus pétalos a la profundidad,
las hojas recién nacidas apuntaron directo a la muralla más interna de mi corazón.
¡Vengan a mí efímeros suspiros del agua!-dije quebrando el día
y el agua sólo florecía, se extendía...con la única intención de hacerse orilla atemporal.
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