Rueda de la fortuna, Christine de Pizán
El
vacío se traga el movimiento circular,
obliga a la
quietud a caer de mar en mar en busca de una frontera redonda.
¡Tanta
movilidad inútil en la continuidad blanca de aquel silencio!
Palpita
la rueda bajo su agua de diamantes,
Se
conmueven los peces ante el fulgor de tanto regreso abstracto.
Adentro
del círculo todos los ríos se han evaporado,
Acaso
queden residuos de aquel imaginario porvenir.
La
rueda esconde su misterio en el esqueleto de quien la empuja
Un ser de ojos vendados que convierte la igualdad humana en apenas una bengala,
un fatuo resplandor que
enciende el triunfo del retorno.
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