Paul Delveaux
La
vida es un cielo que no cambia de lugar
Lo
único que se mueve son tus pies
Ellos
se alejan todas las mañanas al encuentro de la sucesión
Las horas se están quietas sobre tus
tobillos florecidos
El tiempo es la sombra de ese árbol imperturbable
Bajas
por fatigados sueños líquidos
Tu
garganta tropieza con la superficie del agua
Olvidas
cantar
El
quita-sol de tu Victoria oculta la profundidad del mar
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