sábado, 26 de mayo de 2012

Llueve



Llueve sobre los espejos internos del cemento,
despacio los sentimientos se recogen,
las ansias se vuelven benevolentes;
Llueve, y un barco se aleja lentamente en mi memoria,
tendida sobre la tierra recojo los despojos del verano,
Mis brazos ocultan el sol que no se puede ver,
He aquí un extraño paisaje.

Llueve, gota a gota me descubro,
Sin cesar cae la sonante eternidad de este día,
Mis manos se vuelven tiernas copas luminosas.
¿Quién inventó esta cortina de cristal que todo devela?
Una azucena se ha quitado su máscara e ilumina el jardín.
Llueve, y una gota ha venido a parar a mi vestido,
He aquí un bello disfraz.

Llueve, se levanta el vuelo de mi pensamiento,
un bosque silenciosamente se preña de futuro,
La tierra rebosante estira sus piernas negras;
Me despojo de esta ventana y cruzo el límite,
Esto no es tristeza me digo, es sólo una delicada soledad.
¿Se ha prendido en mí esta humedad adormecida?
He aquí un sublime silencio. 

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