En el
horizonte dorado se divisa una figura alargada:
Es
Aliosha Karamazov, el hermano más pequeño, transmutado en un
balizador,
sus manos largas como el Amazonas
sus manos largas como el Amazonas
están rotas y de ellas penden relojes destrozados,
se
acerca y me mira desde la profundidad más oscura de su vasto mar,
¿Qué te
ha hecho el mundo Aliosha Karamazov?
Es el
mundo- responde- mientras creía avanzar por sus calles enardecidas
las
murallas de sus cárceles me han aplastado,
¿cómo
podía saberlo? Dios o Dostoievsky no me han puesto en sobreaviso,
sólo
hay sombras de muertos en estas ruinas,
Llevo
una clepsidra en lo más profundo del corazón:
mi voz es la medida de mi tiempo.
mi voz es la medida de mi tiempo.
He huido al desierto para encontrarte
¡ayúdame
a mirar por la ventana del sol!
Yo que vengo de la noche
presentida,
antigua lámpara de otoño derrumbada en el
bosque,
un cielo
de alas blancas nos espera hijo del trigo y del fuego,
he de
abrir la puerta de todos los astros luminosos,
no sueltes
mi mano ¡no te asombres!
¡Qué te
ha hecho el mundo Aliosha Karamasov!
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