domingo, 18 de junio de 2017

Pigmalión y Galatea


El polvo de sus dedos fue a pegarse en las paredes frías de su corazón,
Con los ojos cerrados modeló los astros lejanos y le puso rostro al silencio;
Pigmalión donó sus huesos a la imagen que brotó  de su sueño dominical:
Y yo os digo espectadores de la belleza, las estatuas caen del cielo,
Directo a mis manos,
Sobre el mármol palpita todo aquello que he anhelado.

Su estatua derribó ciudades pasadas y futuras
y honró a los bosques lejanos,
Era como una flor oscura nacida de un glaciar,
sus labios fríos susurraron secretos que se evaporaron:
Las estrellas fueron esculpidas por un hombre solitario,
¡Despierta Pigmalión, modela en mí los prodigios de la carne!

Hombre y estatua soñaron un origen,
crearon una verdad de mármol,
modelaron la piedra de la lejanía.
Crecerán árboles por cada una de las criaturas que surjan de tu manos
Poblarás el universo de sueños hermosos
Tus estatuas abrirán los ojos y la luz que emanará de ellas derretirá tus nieves eternas.

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