Coincidencia, Remedios Varo
Coincidencias entre dos espejos que a media noche
se hacen líquidos
y se fugan en busca de sus rostros,
coincidencia de la pupila con una pestaña lejana:
un grito hizo derrumbar ambos ojos.
El viento que había despeinado tus recuerdos
agitó el techo de mi pensamiento arrugado.
Tu silbido se incrustó en mi pecera
en el momento exacto en que ambos extendimos las manos
para que la tarde se apagara
en la ventana de un atardecer de un año cualquiera.
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