¿Quién conoce nuestro
andar de llovizna en primavera?
Vamos caminando,
deambulando en medio de pequeñas verdades,
De pequeñas mentiras,
Cansados de las luces
de neón
Hambrientos de la
única luz que amamos,
aquella que emana de astros ausentes, inaprensibles!
cuya invisible lejanía, demasiada abstracta
es tan necesaria como el pan.
¿Quién conoce nuestro
destino de luces púrpuras
Alumbrando una
canción que nunca logramos atrapar,
Y que sin embargo
sólo en sueños escuchamos?
Hermoso es el canto
del poeta
Que nos señala el
comienzo del jardín
Melancólico y feliz
al mismo tiempo.
¿Quién conoce nuestro
destino de marea
que ofrenda y despoja
la orilla de las palabras?
Encendamos la vieja
lámpara de aceite
Dejemos que ella abra
la extrañas puerta de la noche,
Porque tal vez en su
umbral mascando el tiempo
Alguien nuestro
destino conoce.
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