viernes, 2 de febrero de 2018

Las mil y una noches


Halagadora la noche al borde de unos labios que susurran historias
En la madrugada el espejo se quiebra,
Y todos los finales posibles se esconden en su grieta profunda;
El principio en la superficie rota se refleja...
Sherezade has de la palabra una ciudad inabarcable,
como si ella fuera el mar,
¡Derriba las murallas con el sueño de tus peces!
Él desea una excusa para entibiar la blanca manta del olvido,
Una historia infinita para el río domesticar,
Vengarse de la primera primavera amada por sus árboles,
cuyo péndulo de oro jamás ha de retornar.
Las mil y una noches: Encuéntralas, ¡piérdelas!
Ellas en un día perfumado desembocarán,
sin puertas que abrir ni cerrar,
Cuando las palabras, solemnes, invisibles caigan sobre la tierra como hojas muertas.

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