Leonora Carrington
cierra la percepción para comprender
Yo soy el laberinto, mi alma se divide en interminables galerías secretas y blancas
Aquella impresión se pega en las palmas de sus manos
y mentalmente palpa los senderos que en su interior alguien sin nombre traza.
En mi espacio convergen todos los pasos perdidos al alba
Ella no es la profética Ariadna;
Ella es una obra del tiempo,
Un espacio infinito que oculta un minotauro
que devora horas entre el atardecer y el alba.
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