Salvador Dalí
Deseo un balcón para apoyar los codos de
mis sueños,
una baranda delicada en la cual deslizar mi intimidad cerrada.
Deseo un balcón, tanto como deseo el océano y el bosque,
como la arena a la diáfana superficie del mar en la primavera.
Quiero estar en mi balcón y palpar con las raíces de mis manos la proximidad del ocaso,
esperando que el mundo sea parido por las torpes luces de las casas;
Con el descaro indecoroso de quién calla y observa todo,
como si el mundo entero fuese su espejo.
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