martes, 6 de enero de 2015

Desde el balcón

Salvador Dalí

Deseo un balcón para apoyar los codos de mis sueños,
una baranda delicada en la cual deslizar mi intimidad cerrada.
Deseo un balcón, tanto como deseo el océano y el bosque,
como la arena a la diáfana superficie del mar en la primavera.

Quiero estar en mi balcón y palpar con las raíces de mis manos la proximidad del ocaso,
esperando que el mundo sea parido por las torpes luces de las casas;
Con el descaro indecoroso de quién calla y observa todo,
como si el mundo entero fuese su espejo.

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