miércoles, 14 de octubre de 2020

Le roman de la rose


 Él cerró los ojos y con ello

todos los relojes de su infancia apagó;

¿acaso fue una mariposa negra la que en su cama se posó?

El sueño alegórico vendría más tarde,

como una herida de la noche,

se diría que como sangre del espejo brotó.

Entonces el jardín con su llamarada de azucenas,

espejos y crisantemos lo asustó,

¿es este un sueño o el ángel de mi devoción? -pensó.

Entonces la Esperanza y el Pensamiento nocturno

tocaron con una flor azul su corazón.

¡Bailemos la ronda del tiempo

cogidos de la mano,

y con la noche brillante en nuestro pecho 

dancemos al ritmo de los minuteros del reloj!

En el tercer giro la vio, 

y un árbol fue parido por su corazón.

Era la rosa, con su producción

de espinas,

y ese rojo que no sabe que es rojo

pero conoce la pasión...

Debe tener un ángel dentro-él pensó.

Un ángel caído-le repitió la Razón.

Es mejor encerrar el tiempo en una torre y huir-

Peligro insinuó...

El amante con la cintura en llamas

tendido en la mitad del sueño

como un cristo crucificado gritó: 

¿quién le pondrá el cascabel

al dragón del amor?

La rosa con sus pies de seda nevada

se acercó y desde sus pétalos le susurró:

Abre los ojos amante mío;

pasado, presente,ojo invisible,

empieza la siega de trigo en tu corazón.

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