domingo, 31 de marzo de 2019

Melusina


Camina rozando la distancia
con el borde de su cola de serpiente blanca,
arrastra todos esos sábados astrológicos 
de su  metamorfosis plástica,
el espejo profundo del otoño
le devuelve un ojo con el que fabricar miradas largas
para tejer y destejer la esfera de su cola blanca.
Melusina, de tus manos cae un pez,
sobre la raíz de un árbol de plata
el árbol desea ser la madera 
de los sueños de Raimondín
bajo la pálida luz de la mañana.
Melusina, tus escamas bajo el sol
resplandecen y atrapan las horas olvidadas
Raimondín apagará en tu corazón 
una lámpara de nácar.
Arrastro el mar con mi cola de plata
Soy todas las mujeres -y ninguna soy -
en mi espejo de plata
Siglos de siglos mi herencia de serpiente arrebatada
mi corazón en la bañera 
transparentado por la profundidad del agua;
Entonces como la luz de la mañana
me descubrió su mirada;
sus ojos de ruiseñor no entienden
que mi cola sigue la ruta del agua.





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