Nadie ha visto a las estrellas morir en el firmamento
Tampoco hemos contemplado su anunciado nacimiento,
Los humanos sólo perciben la fuerza de gravedad
y su peso incontrolable;
y su peso incontrolable;
Acaso desdeñan el difuso y lejano firmamento;
El banquero acomodó el crucifijo y miró las baldosas manchadas
Nada oscurece sus claros párpados apuntando un horizonte rectangular,
Sus manos suaves mueven los hilos de sus muñecos subterráneos,
Su historia se fabrica entre monedas sucias y sin memoria
y en los libros escolares se estampa.
y en los libros escolares se estampa.
Que terrible son las estrellas-murmura,
dándole cuerda a sus infatigables ojos azules
-ellas escupen extraños pensamientos
-ellas escupen extraños pensamientos
con su dilatada e inalcanzable luminosidad.
¡Reniego de vosotras y de vuestro encendido poderío!
Este pensamiento abrigó la indecorosa y abrillantada cabeza calva
del banquero, mientras arruga su respingada y delicada nariz inglesa.
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